¡Bienvenidos de nuevo a “Hablemos de …”!
Creo que ya tocaba, para variar, hablar del séptimo arte en esta sección. Por eso, he querido empezar hablando de uno de los largometrajes más significativos para mí desde mi temprana infancia.
Una aventura jurásica donde los protagonistas afrontan los problemas que ha traído consigo la ciencia y la arrogancia del hombre, al traer de nuevo a la vida criaturas que existieron mucho antes de que apareciera el ser humano en la Tierra.
Una experiencia cinematográfica inolvidable que cambió el cine de aventuras para siempre y consiguió crear un ejército incontable de fans por los dinosaurios, siendo yo uno de ellos.
Así que, queridos paleontólogos, hablemos de JURASSIC PARK.


Descubriendo el mundo jurásico
Sin duda que son muchas las películas que nos marcan desde pequeños. En mi caso, ninguna me marcó tanto como la saga de Jurassic Park. Tenía como mucho 6 años (para ese entonces ya estaba la primera trilogía completa) cuando me adentré en este maravilloso mundo jurásico, adaptado al cine. Desde entonces me entró la fiebre por los dinosaurios. Y como haría cualquier otro niño de mi edad emocionado de descubrir su ”América” , le pedía a mis padres juguetes de dinosaurios a cada rato. Y vaya que si los acabé teniendo …



No recuerdo el orden en el que vi las películas, lo que sí recuerdo es que en esa etapa de mi vida mi madre me alquilaba cada semana el VHS de Jurassic Park 3 (la única de la trilogía que no fue dirigida por Spielberg), la cuál no me cansaba de ver.
Hasta que al final mis padres optaron por comprármela, les compensaban mejor eso la verdad. El Spinosaurio pasó a ser mi dinosaurio favorito de toda la franquicia.

Al poco tiempo, me compraron la primera película, que fue la que más veces volví a ver con diferencia (aún así me quedaba con la del Spinosaurio). El Mundo Perdido no recuerdo haberla tenido pero la veía de vez cuando la emitían en televisión. Esa entrega en especial tenía cierto toque de terror, era distinta tanto a su antecesora como a su predecesora.

Pero no nos olvidemos de los verdaderos protagonistas de esta saga. Yo cuando me ponía a ver las películas no era para ver al paleontólogo Alan Grant o a Ian Malcolm, o a la encantadora Dra. Sadler (aunque inevitablemente les acabas cogiendo cariño). No, yo quería ver a los dinosaurios. Quería ver al T-Rex rugir y sembrar el pánico, y a los velociraptores comerse a la gente. La saga de Parque Jurásico no hubiera sido igual sin estos animales prehistóricos, que gracias al gran trabajo de los animatronics, fueron recreados con un buen nivel visual para aquellos tiempos.
Y para ser películas de finales de los 90 y principios del 2000, lo cierto es que han envejecido muy bien. A día de hoy, sigo disfrutando mucho viéndolas, ya no solo por su valor sentimental y nostálgico, sino también por lo muy bien hechas que están.

Para no ser una cinta de horror al uso en donde se ven dinosaurios comiéndose gente, no me generaba incomodidad alguna, sino más bien me quedaba asombrado con la forma en la que lo recreaban. Y es que en una película de dinosaurios, tampoco sería lo mismo si no hubieran momentos de tensión, situaciones angustiosas que pegasen el espectador al asiento.

Y como mencioné antes, en El Mundo Perdido daba la sensación de tener ligeros toques de terror. Recuerdo que tras verla por primera vez, se me grabó a fuego la escena en la que la autocaravana es atacada por los Tiranosaurios. Seguro que la recordaréis.









La vida se abre camino
A medida que pasa el tiempo, la naturaleza sigue su curso sin detenerse, y eso es algo que el ser humano no puede controlar.
La premisa de Jurassic Park es básicamente esta idea, por mucho que el hombre emplee todos los medios posibles a su alcance, a fin de querer controlar la fuerza de la naturaleza, nunca será capaz de lograrlo.

Y aún si fuera para una noble causa al principio, esta puede desembocar en motivaciones ambiciosas y egoístas, cuando cae en malas manos, sin pensar en las consecuencias que puede traer llevarla a cabo.
En las primeras dos cintas, vemos como hay quienes tratan de adueñarse del trabajo de Hammond, que a diferencia de los que quisieron robarle, él lo hacía con las mejores intenciones, para que todas las personas disfrutaran de ver algo verdaderamente nunca visto.

Tan solo tratemos de imaginarlo. Porque cuando hablamos de traer a la vida a los dinosaurios gracias a la magia de la genética, se nos plantea infinidad de cuestiones éticas y morales, por no hablar de lo que supondría para la humanidad. Este acontecimiento cambiaría el mundo tal y como lo conocemos.

En la primera cinta se nos plantea este dilema. Siendo una historia de ciencia ficción, se nos transmite de manera clara, el mensaje de que las fuerzas de la naturaleza son demasiadas poderosas e imprevisibles para ser controladas por el hombre. Este es otro de los aspectos que más me fascinan de esta gran saga jurásica.

“La vida se abre camino”, frase que estaría presente en toda la saga.
Dicha por el matemático Ian Malcolm, ante la afirmación de que todos los animales del parque eran hechos hembra. Luego esto sería refutado por el Dr. Alan Grant, tras encontrar cáscaras de huevos de dinosaurio. La vida se liberaba, los dinosaurios estaban procreando…

En el final de la segunda película, Jhon Hammond hace alusión a estas palabras, en una entrevista en televisión, dejando clara su opinión respecto a las condiciones en las que estaban los dinosaurios en Isla Sorna.
Por eso, otro buen punto que esta saga nos hace ver, es el de que los humanos no tenemos por qué invadir el hábitat de los animales salvajes que viven en libertad, sino más bien dejarles vivir en paz, puesto que ellos no precisan de nuestra presencia ni de nuestra atención para sobrevivir. De esta forma, la vida se abrirá camino por sí sola…

La saga se expande

En verano de 2015, el parque abrió sus puertas. Comenzó una nueva franquicia que continuaría la historia de Parque Jurásico con Jurassic World (Mundo Jurásico). Recuerdo estar super emocionado de poder ver una nueva secuela de Jurassic Park en la gran pantalla.
No era para menos, la idea de ver a Starlord amaestrando velociraptores me llamaba muchísimo. Los guiños a la película original, volver a escuchar el Main Theme y sobretodo, volver a ver dinosaurios, era toda una delicia. Se sentía como una secuela directa de la primera película. El Indominus Rex era realmente aterrador…
Llegar a ver esta película en el cine fue toda una experiencia para mí, fue como un viaje de regreso a mi infancia …






Jurassic World: Fallen Kingdom me acabó gustando más, la erupción del volcán de la isla Nublar fue para mí de los momentos más épicos de la película. Tiene más acción, más suspense (también con ligeros toques de ”terror”) al estilo J. A. Bayona. Además, con todo lo sucedido, en el final del film, llegamos a dar otra interpretación del título de la nueva trilogía…
La disfrute muchísimo, tanto que fui a verla al cine dos veces.








Dentro de poco, se estrenará la película que pondrá el broche de oro a esta nueva trilogía jurásica. Jurassic World: Dominion será el final de la historia que empezó Steven Spielberg, y que pondrá fin a esta saga que, después de 30 años, ha logrado conquistar al público y a mí desde luego.
Y además, con una gran sorpresa… ¡Volveremos a ver a los protas de la trilogía original!

¿Haréis maratón de la saga antes de ir a ver Dominion? Yo sí …

Estas películas significan mucho para mí, construyó parte de mi infancia y de buenos recuerdos que atesoraré siempre. Por lo que va a ser muy especial poder ver el evento que culminará la era Jurassic. No pude ir a ver la trilogía original en los cines, pero al menos pude ver el comienzo y el final de esta nueva trilogía.
¿Y vosotros? ¿Iréis a verla?
¡GRACIAS POR LEERNOS Y BUEN FIN DE SEMANA!