En Dragon Ball Z Kakarot existe un final posterior tras vencer a Bu y en FrikiGen te contamos como conseguirlo. Antes de nada, te advierto de que a partir de este punto, habrá SPOILERS, por lo que si quieres seguir leyendo, es decisión tuya.
Si has prestado atención durante el juego y no unicamente has estado haciendo misiones yendo de Punto A a Punto B sin descanso, sabrás que son los villanos. Los villanos son enemigos que ya hemos vencido, bastante más fuertes que sus versiones en la historia. Towa transporta a los villanos (Seguro que si has jugado Xenoverse, ya sabes de que estoy hablando). El requisito ahora para desbloquear este final es simple: Vencer a todos y cada uno de los villanos que nos aparecen (Aparecerán más al vencer a algunos) repartidos por el mundo. Estos personajes son versiones de otras líneas temporales corruptas y reforzadas por Towa, que busca energía para devolver a Miira todo su poder.
¿Cómo vencer a todos los villanos? Muy sencillo. Los villanos nos vendrán indicados con un aura roja en el Mapa del Mundo. Solo tendremos que viajar a estas zonas y chocarnos con ellos. Cada zona se divide en tres niveles de villanos, que son los siguientes:

Primer nivel 1: Aparecerán enemigos comunes de la zona
Segundo nivel 2: Son enemigos menores vencidos en la zona (Dodoria, Zarbon, Dabra, Célula (1ra Forma), Androide 20…)
Tercer nivel 3: Serán el enemigo mayor de la zona (Vegeta, Kid Bu, Célula…)

Una vez completados los tres niveles, habremos limpiado una zona de villanos y solo nos quedaría repetir el proceso en cada zona que tengamos marcada. Cuando venzamos, Kaito se comunicará con nosotros y nos indicará donde debemos ir (Mundo Kayoshin) para enfrentar a ese misterioso Villano nuevo que ha surgido. Una vez aquí nos enfrentarnos a Vegetto SSJ Y Gotenks SSJ3, cuando les venzamos, tendremos un épico duelo contra Miira lo que nos llevará a el autentico desenlace (El cual nos indica que esto es realmente el principio de algo que NUNCA hemos visto)
Si te ha gustado este artículo te dejamos aquí el análisis de Dragon Ball Z: Kakarot