Ya hace unos cuatro meses que salió la nueva generación, y yo aún ni me lo creo. Parece algo que está todavía a años luz. No obstante, ya está aquí, y con ella, un nuevo futuro repleto de nuevas experiencias en las que sumergirse, de nuevos mundos en los que aventurarse y de nuevas historias con las que conmoverse.

Y a pesar de todo esto, aún sigue existiendo un universo entero con un sinfín de historias que dejamos atrás. Historias que algunos no podremos olvidar y, que otros, aún están a tiempo de sentir. Es por eso que hoy vengo a conmemorar, sin spoilers, todos esos videojuegos que nos han marcado. Esos videojuegos que siempre tendrán un pequeño hueco en nuestro interior y que, por muchos años pasen y nosotros envejezcamos, ellos envejecerán con nosotros.

2013-2015:

Fue en noviembre de 2013 cuando por fin llegó a nuestras manos la PlayStation 4 y, junto a ella, vinieron sus primeros exclusivos: Killzone Shadow Fall, Knack e Infamous Second Son entre otros. Hubo increíbles juegos que pudimos disfrutar desde su salida; pero no fue hasta 2015 que pudimos probar por nosotros mismos el que sería uno de los mejores exclusivos de la generación: Bloodborne.

Personalmente fue mi primer videojuego de Miyazaki y, desde entonces entiendo a la perfección el fanatismo que se procesa hacia su persona. Juego que hace, obra maestra que crea. Con Bloodborne, por supuesto, no se quedó atrás.

Fue en las profundidades de Yharnam donde perdí la inocencia en los videojuegos. Su atmosfera terrorífica a la par de oscura nos envuelve conforme nos adentramos en ella. Para cuando nos damos cuenta, ya somos parte de esa noche de cacería como un cazador más. Y como un cazador más que se adentra en Yharnam, tú no eres nada, y el mundo que te rodea lo es todo. Es esa sensación de pequeñez es la que caracteriza sus videojuegos; y es esa sensación de satisfacción la que te hace volver a intentarlo una y otra vez. Da igual las veces que tengas que repetirlo, las veces que tengas que cambiar de posición y sentarte encorvado hacia la pantalla. Sabes que, por muy insignificante que seas, esta es tu noche, y hay monstruos que cazar.

2016:

Primero vamos a hacer un viaje en el tiempo, más concretamente al año 2002, con Ratchet and Clank.

Muchos pudimos disfrutar de sus entregas tanto en PlayStation 2 y PlayStation 3; y el volver a ver este videojuego en 2016 fue un golpe duro a la nostalgia. Fue cuando cogí el mando y entré en su menú cuando las primeras lágrimas empezaron a resbalar por mi cara. Ahí estaba yo, de vuelta a los 6 años. De vuelta a la época en la que ni si quiera sabía a lo que jugaba y, aun así, era el más feliz.

Siempre tuve en mente que estos videojuegos iban para un público mucho más joven. Que eran videojuegos más infantiles. Pero, tras haberlo jugado y rejugado ya no sé ni cuantas veces, puedo decir que es un videojuego que disfrutarás sin que importe tu edad. Ya sea por sus personajes tan carismáticos, por su humor o por poder volver a tener al sr. Zurkon a tu lado, el juego te acaba atrapando.

Su historia acaba siendo interesante. Tiene referencias que un niño no podría entender. Sus casi 20 armas y las posibilidades de estas contra tus enemigos roza lo absurdo; tanto por todas las que son como por todo lo que pueden hacer cada una de ellas. El juego hace que nunca estés aburrido y, cuando acabas el juego, te quedas incluso con ganas de más. Sin duda alguna, Ratchet and Clank es el reboot que, los ya que lo jugamos en su día, necesitábamos volver a disfrutar, y los que no lo jugaron, hará que jueguen a sus entregas más antiguas.

2017:

Como en 2016 nos tocó viajar al pasado, este año viajamos al futuro, al año 3040 con Aloy, que protagoniza Horizon Zero Dawn.

Horizon Zero Dawn ha sido el juego cuya historia más me ha gustado de todos los videojuegos que he llegado a jugar. La historia que tiene me marcó tanto por lo realista que puede llegar a ser.

Cuenta la historia de cómo, por culpa de los humanos, el planeta acaba devastado; y de cómo se crearon diferentes Inteligencias Artificiales que se encargaban de rehacer todo aquello que los humanos destruimos. Me marcó tanto porque es exactamente lo que los humanos estamos haciendo con el mundo en el que nos ha tocado vivir.

Conforme más descubrimos y más avanzamos tecnológicamente, más arruinamos el lugar en el que vivimos, y no sólo nos destruimos a nosotros mismos, sino a millones de especies más. Estamos destruyendo un mundo increíble cuya mera existencia es algo asombroso. ¿Cuál es la posibilidad de que pasase todo lo que ha pasado y que tú estés leyendo este artículo exactamente en este preciso instante? Es una posibilidad tan remota que lo hace muy fascinante. Todo lo que la vida oculta tras de sí, y todo lo que aún desconocemos es inimaginable. Este juego me marcó porque me hizo ver otra perspectiva más de lo que acabará ocurriendo si no nos paramos a pensar en cómo arreglar los problemas que estamos causando. Es por eso que, si aún no has jugado a este videojuego, te recomiendo encarecidamente que lo hagas.

Es increíble lo que un videojuego puede hacerte ver y, sobre todo, el mensaje que este puede mandar al mundo. Y mensajes así, en los tiempos que corren, son más necesarios que nunca. Es por todo esto por lo que para mí, Horizon Zero Dawn, fue uno de los mejores juegos que he podido jugar. Porque no es solo un videojuego, es mucho más que eso. Es un mensaje, un toque de atención al que todos deberíamos de hacerle caso. Pues este es nuestro planeta y, si no somos nosotros quienes lo cuidamos, ¿quién lo hará?

2018:

Dos años antes de 2018, en aquel E3 de 2016, una banda sonora muy característica empezó a sonar entre las paredes de aquel edificio. Se levantó el telón y pudimos ver en pantalla a un niño jugando. De fondo, una voz grave pronunció la palabra «boy», haciendo que el niño acudiese a su llamada. Fue en ese instante cuando los cuchicheos empezaron a escucharse, cuando los pelos empezaron a ponerse de punta… Y tan solo unos instantes después, desde la oscuridad, emergió Kratos.

Los gritos no dejaban de resonar. Fue difícil no emocionarse con aquellas imágenes, y aún a día de hoy, es difícil no hacerlo al volver a ver aquel E3. Kratos volvía a nosotros, y esta vez con su hijo, para contarnos una historia preciosa. Llevar las cenizas de su amada junto a su hijo al lugar donde ella quería descansar en paz. Durante todo el trayecto, el juego nos dejó paisajes increíbles que disfrutamos como si estuviésemos allí presentes. Enemigos formidables que nos dejaban peleas épicas que difícilmente se volverán a ver en un videojuego y, sobre todo, nos dejó un viaje que nos acompañará en nuestros recuerdos.

Espero que os haya gustado esta primera parte, pues para mí ha sido muy especial escribir esto, e incluso ha sido difícil no emocionarme. Han sido muchas historias vividas y muchos mundos visitados, y todas y cada una de ellas han sabido conquistarme. Ojalá que a ustedes también, pues se merecen todo el tiempo que puedas dedicarles.

Artículo anteriorLa mejor opinión es tu propia experiencia
Artículo siguienteAnálisis – Ratchet & Clank: Una Dimensión Aparte

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí